Cuando muere el poeta bien amado

Cuando muere el poeta bien amado. In memoriam Brígido A. Redondo Domínguez

Por Beatriz González Renedo

Cuando muere el poeta callan las aves, cesa el vaivén de las olas, el color de las flores de 
destiñe, las colinas enmudecen, todo guarda silencio por un instante.
Cuando muere el artista, se opacan los colores del alba y del ocaso, los corazones se 
encogen, y emerge el suspiro de las almas, en nostálgico anhelo en pos del que no se le 
volverá a oír ni a ver.
Ha muerto el Maestro, el poeta de poetas quien deleitó no sólo a tierras mexicanas, sino al 
mundo con la belleza de sus palabras, de sus cánticos en verso, y sin embargo, se 
enorgullece un pueblo de haber sido escogido por el alma sensible para vivir y morir, como 
él mismo mencionó, durante su discurso en el último homenaje que en su honor se llevó a 
cabo, en el Benemérito Instituto Campechano, el pasado 12 de octubre, en la ciudad capital 
de Campeche.
Grande es la labor del escribano, del investigador, del profesor, del artista, del jurisprudente, del poeta. A través de la pluma que refleja lo que su corazón abunda, el poeta renueva los colores de la vida, la esencia de un sonido, de un paisaje, del mundo, de un alma. El poeta es belleza, es un canto al amor, a la fineza del espíritu. El poeta como el Maestro es nobleza, es grandeza, es eternidad. Sus letras son imperecederas, como lo es el soplo del Creador; mediante las letras, las artes, la poesía, viajamos de las sombras a la luz, de la noche al día. El verdadero poeta, embellece, enaltece, hace relucir lo brillante y refulgir lo colorido. Así ha sido y es la poesía del Maestro Brígido Redondo quien ha sido llamado a la casa del Padre eterno el viernes 19 de enero de este 2024. Campeche enmudeció al percibir la triste nostalgia de la ausencia del Maestro, sin embargo se regocija en haber sido 
el lugar escogido por él, para vivir y para morir con el corazón lleno de amor y la pluma 
desgastada de tanto escribir.
Loor al que hace resplandecer los colores de la vida, al que transforma el instante en eternidad, al que nos adentra al milagro de la existencia, a quien nos envuelve en la finura de lo que representa la poesía, el arte, la dramaturgia, la educación y la literatura por siempre en su legado. Gracias Maestro Brígido Redondo Domínguez, por su vida, orgullo del Campeche sempiterno